Ha sido una semana dura en la oficina. El instinto de supervivencia se ha impuesto al resto de las motivaciones y me ha impedido acudir a micita personal con este foro. Es una lástima, pero a veces el día a día te sobrepasa y se necesita concentrar fuerzas.
Pero también se sacan enseñanzas de momentos o etapas intensivos en trabajo.
Por una parte, se conoce uno mismo más, de qué es capaz, cómo afronta y ordena las diferentes tareas a realizar, te das cuenta de "hasta donde eres capaz de llegar" (es lo que los sabios economistas actuales denominan "prueba de estrés").
Por otra, y me parece si caée más importante, se conoce más a tu entorno más cercano. No hay más exacto científicamente para testar a las personas y sus interrelaciones que una "prueba de esfuerzo". Se aprecia en estas situaciones mucho más claramente cómo son las personas y cómo se comportan entre sí Quién es realmente compañero, amigo o cainita. Quén va de frente, quién ayuda sin exigir nada a cambio, quién disfruta poniendo piedras en los ejes, quien "aporta" al grupo, quién mejora un grupo y quién lo destruye...
En las circunstancias difíciles, es donde se aprecia la verdadera esencia de las personalidades dentro de un grupo y las relaciones entre ellos.
Esta semana ha sido dura en la oficina, pero he aprendido cosas. Y en general me ha gustado lo que he aprendido.
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