Estos días, está uno mucho más solicitado que de costumbre. Se reciben más mensajes, tu buzón de correo siempre tiene algo que recoger, las alarmas del móvil y el ordenador no paran de sonar. Estamos en final y principio de mes, con lo que un "aluvión" de cargos en el banco se pelean por entrar primero en tu cuento y tener así un mejor "asiento" y un saldo más abultado del que "chupar". Sin embargo, por más que miro desde todos los ángulos posibles la información o el extracto de mi "sufrida" cuenta, sólo veo un abono, el de la nómina, (y menos mal que allí está cada fin de mes), como un "superhéroe" que se enfrenta a todos los "malos cargos" con más moral que el Alcoyano, confiando en no acabar en un número rojo y desangrado.
Produce a veces una sensación de agobio tanto cargo a la vez, como si te quisieran resumir y condensar en unos pocos días, y para que te des cuenta de lo que gastas, todos los conceptos: allí están cada mes, fieles a su cita, los recibos del agua, la luz, el fijo, el móvil, la conexión a internet, las suscripciones de imagen y papel, las tarjetas de crédito, la del Corte Inglés...Ya sólo de escribirlo le entra a uno el agobio.
Y frente a todos esos cargos, un abono. Todos para uno y uno para todos
Parece que la famosa frase de los mosqueteros hubiera inspirado a la Banca y a la sociedad en general.
Sólo queda una salida: si el solitario abono es muy fuerte y tiene superpoderes, seguro que puede con todos sus cargos "aantagonistas". Y así, hasta el próximo mes, porque ya se sabe que casi todo en este planeta se acaba repitiendo como los días y las noches.
Ya que hablamos de noches, os deseo una muy buenas, que ya va siendo hora de descansar. mañana hay muchos cargos que atender.
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